jueves, 18 de septiembre de 2008

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Llego a la esquina, donde siempre tomo la locomoción a Santiago. Son las 8:13pm, completamente oscuro, al pasar, las luces de las micros ciegan mis ojos acostumbrados a la oscuridad. Con los audífonos puestos me concentro en pensar en ti. Pienso en lo feliz que somos, en los proyectos, en el presente…en el pasado…
A unos metros de mí unos viejos se conversan unas cervezas en lata, no puedo escuchar lo que hablan, pero si los observo: uno llevaba una bolsa en las manos, el otro era calvo. Detrás de mí, comienzan a cerrar un negocio, (saco mi encendedor del bolsillo y enciendo un cigarro) apagan las luces y cierran con candado la reja que protege la entrada (segunda bocanada, aspiro lenta y profundamente, vuelves a mi mente, persistente como polilla en ampolleta. No me molesta, pero a veces me perturba la capacidad que tienes de meterte en mis pensamientos con tal facilidad) me distraigo con el movimiento que hace el viejo al lanzar la lata de cerveza vacía al suelo: el hombre calvo terminó con su contenido. Siguen su conversación, como si no importara nada más en el mundo. Me quedo observando a aquellos viejos que hablan tan aireadamente, agitando los brazos, riendo a carcajadas, uno, sorbiendo la cerveza de la lata, el otro, fumando y votando el humo del tabaco al hablar, (me doy cuenta que aún tengo el encendedor en una mano, lo guardo en mi bolsillo y miro a la vereda de en frente, pasan dos niñas de unos 9 años de edad (-cuando tenga hijos, no los dejaré salir hasta estas horas de la noche solos-pienso…cuando tenga hijos..), más atrás un tipo conversando por celular.
De la casa de la esquina, sale una pareja, el cierra la puerta, ella lo espera con algo de impaciencia en sus ojos, termina de poner llave, la guarda en el bolsillo, se gira, ella lo mira, él hace lo mismo, se abrazan y se besan, un beso que me hace recordarte, que me despierta la envidia, quiero volver a estar contigo, mato por un minuto más junto a ti, necesito otro de tus besos, un abrazo más, palabras tiernas, de esas que sabes decir en el momento justo: te extraño.
Miro a mi izquierda, se suponía que vería dos viejos conversando, en vez de eso, hay solo 3 latas vacías, unas colillas y una bolsa en el suelo, ellos, abordaban la micro con dirección a Puente Alto, (recuerdo mi cigarro, mitad ceniza, mitad tabaco, lo sacudo con los dedos para votar el excedente quemado y fumo nuevamente mientras veo como la micro con los viejos se aleja) miro al final de la calle por si viene mi micro. No se ven luces, (recuerdo el día que nos conocimos, recuerdo tu cara de sorpresa, cuando te llamé, sin conocerte, te invité a mi mesa, conversamos mucho, nos reímos, nos conocimos, nos besamos…recuerdo tu manera de conversar, inteligente, graciosa, tierna, sutil, hermosa…te amo.
(Termino mi cigarro, apago la colilla con el pie, veo la hora 8:28pm), aún no llega la micro que me separará de ti 2 eternos días…de la vereda de enfrente cruza un hombre y una mujer, de unos 40 años cada uno, piel morena, pelo negro y sucio, zapatos rotos, yo atribuyo a que son pareja. Parecen hippies, una pareja de hippies. Los ojos de ambos se clavan en las latas vacías que reposaban a unos metros de mí, las toman y las guardan en una bolsa con más latas. Me miran al pasar por mi lado, yo hago como que no les presto atención, fijo la mirada en el final de la calle, como viendo algo, pero no hay nada…bueno, veo unas luces que se aproximan: es mi micro. Saco la plata, mi pase. Me subo a la pisadera, le muestro mi pase al chofer en el momento que le paso los $250. Al micrero no le gustó que no pagara pasaje completo, pero antes de que me diga palabra alguna me giro y le doy la espalda. Miro por la ventana, veo a la pareja de hippies que vuelven al lugar donde encontraron las latas, no había nadie más que ellos en la calle, miran a todos lados para corroborarlo, recogen la bolsa que yacía en el suelo, la guardan con suma rapidez en la misma bolsa de las latas, se miran, se vuelven a mirar, sonríen, se toman la mano entrelazando los dedos…caminan…el buz comienza a partir.