viernes, 29 de febrero de 2008

Sol.


La puesta de sol más triste de mi vida...

domingo, 17 de febrero de 2008

Mi hijo por un día.



Carlos almorzaba con su familia, conversaban de los dias feos que les toco en el litoral central, lluviosos, el tenía la cabeza en Santiago, con ella, la llamada que recibió ayer a eso de las 3 de la tarde, no pudo dejarlo volver a su realidad y vagaba en lo más recóndito de la mente de Lucia, miraba el resto de pollo que le quedaba en el plato, absorto en nada, solo en lo impuro que se sentía, revolvía el ketchup con un trozo de pollo ensartado en su tenedor, lo tragó por cortesía, nada de lo que hacia en ese momento lo devolvía a la mesa donde la realidad lo esperaba sentado a su lado para restregarle su presente en la nariz.
Sería papá, él , con 20 malditos años de existencia tendría un hijo de Lucía, el primogenito. Ideas se revolvían en su cabeza como el ketchup en el plato, lo raro para él y para mi es que se sentía feliz, feliz de ser padre, de ser fértil, de darle un bebé a Lucía, un nieto a sus padres, esos que lo ahorcarían al saber esta noticia, ya veía los encéfalos de ellos trabajando a mil por hora al recibir las palabras que daban a entender la situacion, estrujarán ideas como el no terminar la carrera, el joderse la vida, el amarrarse, etc. toda esa mierda estúpida que dicen a veces los papás, lo dicen en contexto de enseñanza, sermón y no es nada más que mierda.
La idea de ser padre le gustaba cada vez más, el sentirse con una responsabilidad, pararía con la distorción por preocuparse de la guagua, lo juró.
Buscaría trabajo mañana mismo, nada le faltaría a él, o a ella?...

Sonó el telefono, se paró de la mesa, lo encontro en el desorden de su pieza, en el visor salía el nombre de la madre de su guagua, las palabras que entraban en su oido se reflejaban en sus retinas , que lloraba lagrimas de desilucion, el querer estar con Lucía era más fuerte que cualquier cosa, la impotencia de no poder verla,más un aborto espontáneo eran la respesta a tan grande pena, no se aplacará tan fácilmente y las ideas quedarán en la mente...

viernes, 1 de febrero de 2008

Más que hermanos.




Se miraron a los ojos, sin señas ni la más mínima gesticulación se entendieron, como dos hermanos unidos por la sangre que su madre les otorgó como herencia, supieron que hacer, que decir, el primero se bebió lo que le quedaba en el vaso, mientras el otro prendía un cigarrillo para sacarse los fantasmas del cuerpo, caminaron con pasos aprendidos como una burda coreografía de programa de televisión juvenil, rieron y rieron nuevamente al verse en esa situación tanto estúpida como repetida por ellos. Sin embargo algo ocurrió, se detuvieron al medio de la pista, por enésima vez se miraron, se podía ver a uno fumar frenéticamente, mientras al otro la sonrisa se le desvanecía, en su rostro no quedaba más que un vestigio de ella.