Carlos almorzaba con su familia, conversaban de los dias feos que les toco en el litoral central, lluviosos, el tenía la cabeza en Santiago, con ella, la llamada que recibió ayer a eso de las 3 de la tarde, no pudo dejarlo volver a su realidad y vagaba en lo más recóndito de la mente de Lucia, miraba el resto de pollo que le quedaba en el plato, absorto en nada, solo en lo impuro que se sentía, revolvía el ketchup con un trozo de pollo ensartado en su tenedor, lo tragó por cortesía, nada de lo que hacia en ese momento lo devolvía a la mesa donde la realidad lo esperaba sentado a su lado para restregarle su presente en la nariz.
Sería papá, él , con 20 malditos años de existencia tendría un hijo de Lucía, el primogenito. Ideas se revolvían en su cabeza como el ketchup en el plato, lo raro para él y para mi es que se sentía feliz, feliz de ser padre, de ser fértil, de darle un bebé a Lucía, un nieto a sus padres, esos que lo ahorcarían al saber esta noticia, ya veía los encéfalos de ellos trabajando a mil por hora al recibir las palabras que daban a entender la situacion, estrujarán ideas como el no terminar la carrera, el joderse la vida, el amarrarse, etc. toda esa mierda estúpida que dicen a veces los papás, lo dicen en contexto de enseñanza, sermón y no es nada más que mierda.
La idea de ser padre le gustaba cada vez más, el sentirse con una responsabilidad, pararía con la distorción por preocuparse de la guagua, lo juró.
Buscaría trabajo mañana mismo, nada le faltaría a él, o a ella?...
Sonó el telefono, se paró de la mesa, lo encontro en el desorden de su pieza, en el visor salía el nombre de la madre de su guagua, las palabras que entraban en su oido se reflejaban en sus retinas , que lloraba lagrimas de desilucion, el querer estar con Lucía era más fuerte que cualquier cosa, la impotencia de no poder verla,más un aborto espontáneo eran la respesta a tan grande pena, no se aplacará tan fácilmente y las ideas quedarán en la mente...